InicioNewsWhy are Led Street Lights Purple

¿Por qué las farolas LED son moradas?

2023-09-21
En el lienzo de las noches urbanas, un peculiar tono púrpura ha pintado recientemente muchas calles, dejando desconcertados a residentes y visitantes. A medida que las farolas LED reemplazan a las antiguas, este tono inesperado ha generado preguntas, preocupaciones y muchos quebraderos de cabeza. Sumérgete en esta exploración mientras descubrimos la historia detrás de las farolas violetas y las implicaciones más amplias que tienen para nuestro mundo en rápida evolución.

 

¿Alguna vez has estado caminando por una ciudad y has notado el inusual tono púrpura que emiten las farolas? Usted no está solo. Quizás no todo el cielo, pero sí lo suficiente como para llamar la atención de mucha gente. Los conductores en el área de Boston y en todo Estados Unidos se han topado con paisajes urbanos de color púrpura. Las luces violetas pueden ser tan brillantes como las luces normales, pero el problema no es el brillo. El conductor no está acostumbrado al entorno violeta monocromático y obviamente le resulta difícil adaptarse. En cierto modo, esto parece peor que no tener ninguna farola.

 

Este fenómeno ha confundido e incluso ha causado pánico a muchas personas. ¿Es esta una elección de diseño o una advertencia temprana de un problema mayor que se esconde debajo? Lo llevaremos a explorar las razones detrás de este cambio y descubrirá que a veces las luces en las calles pueden contar una historia más profunda de lo que pensábamos.

 

La evolución de la iluminación

 

Desde el primitivo parpadeo de las velas hasta los avanzados brillos LED, el camino de la iluminación se ha transformado. Antes de la llegada de la electricidad, nuestros antepasados ​​dependían de antorchas, lámparas de aceite y velas. La invención de la bombilla incandescente por parte de Thomas Edison marcó una nueva era y allanó el camino para innovaciones que cambiaron nuestras vidas para siempre. A medida que la tecnología evoluciona, también lo hacen nuestras soluciones de iluminación. Las lámparas fluorescentes compactas (CFL) son energéticamente eficientes, pero presentan preocupaciones ambientales debido a su contenido de mercurio.

 

Luego llegaron los LED, anunciados como el próximo gran salto. Los LED han sido la novedad más candente en los últimos años, en parte porque no se calientan. Convierten la electricidad directamente en luz, sin pasos intermedios, solo un intercambio directo de electrones por fotones, de forma muy rentable y respetuosa con el clima. Hoy en día, su negocio asciende a 20.000 millones de dólares y se está apoderando rápidamente del paisaje urbano. Sin embargo, con su auge surgen desafíos inesperados, como el tono púrpura de las farolas LED. Y todos sabemos que las luces LED generalmente parecen blancas. Por razones técnicas derivadas de la teoría cuántica y la extraña psicofísica de nuestros ojos y cerebros, los científicos miden el color de la luz blanca en unidades de Kelvin, o "temperatura de color". Los números más altos son más azules; Los colores inferiores son más amarillos y rojos. Muchas ciudades han elegido 4.000 K, la luz de la luna de los faros de los autos deportivos de alta gama y, no por coincidencia, uno de los LED blancos más fáciles y, por lo tanto, más baratos de fabricar. La gente se ha adaptado a la luz blanca brillante, pero ¿por qué de repente se vuelve violeta?

 

El Misterio Púrpura Revelado

 

Las farolas LED se transforman repentinamente, proyectando un misterioso tono púrpura por toda la ciudad. Profundizar en la compleja tecnología de fabricación de LED puede desentrañar el misterio. El núcleo del problema es el recubrimiento de fósforo del LED, un componente clave que determina la salida de color de la luz.

 

Las luces LED (especialmente las blancas) emiten luz mediante chips LED azules recubiertos con fósforo amarillo. Cuando la luz azul interactúa con el fósforo amarillo, nuestros ojos la perciben como blanca. Sin embargo, cualquier inconsistencia en la aplicación del recubrimiento de fósforo o la degradación con el tiempo pueden cambiar el equilibrio, dando como resultado un tono púrpura único.

 

Varios factores pueden causar este cambio: el daño térmico es el principal sospechoso. Debido a que los LED son sensibles a las fluctuaciones de temperatura, incluso pequeños errores de instalación o fallas durante el ensamblaje pueden aumentar la exposición al calor y causar la degradación del recubrimiento de fósforo. Cuando este recubrimiento se deteriora o se delamina, emite más luz azul y, cuando se mezcla con menos fósforo amarillo, aparece de color púrpura.

 

Además, en aras de la rentabilidad en la fabricación de LED, algunas empresas han comprometido la calidad. Dado que muchos fabricantes subcontratan componentes, especialmente de productores de gran volumen y bajo costo, aumenta la probabilidad de defectos menores o inconsistencias. Este matiz de fabricación, aunque a menudo se pasa por alto, juega un papel vital en eventos como el "Gran Incidente Púrpura", que destaca la necesidad de inspecciones de calidad rigurosas y estándares industriales en la producción de LED.

 

La implicación global

 

Esa es una de las razones por las que el color morado puede ser tan importante. Revela cuán profundamente entrelazados están los LED, especialmente los LED blancos baratos, con la economía global. En esencia, este tema resalta la interconexión de las cadenas de suministro modernas y el efecto dominó de interrupciones o descuidos incluso menores.

 

A medida que las ciudades de todo el mundo adoptaron la tecnología LED por su eficiencia energética y longevidad, sin darse cuenta vincularon sus elecciones de infraestructura a una compleja red de fabricantes, proveedores e intermediarios, que a menudo abarcaban continentes. Este intrincado sistema, si bien proporciona escala y beneficios económicos, también abre la puerta a posibles vulnerabilidades. Un compromiso en la calidad o la supervisión en un extremo puede manifestarse de maneras inesperadas a miles de kilómetros de distancia, como lo demuestra el tono púrpura de las farolas.

 

El 'Gran Purpling' sirve como una advertencia metafórica para nuestro mundo globalizado. Nos recuerda que la debida diligencia y el control de calidad no deben verse comprometidos en nuestra búsqueda de ahorro de costos y eficiencia. A medida que las tecnologías se integran más en nuestra vida diaria (desde las luces que iluminan nuestras noches hasta los teléfonos inteligentes que llevamos en el bolsillo), las ramificaciones de los atajos de producción pueden ser enormes e impredecibles.

 

Como consumidores y ciudadanos, las farolas violetas nos incitan a hacernos preguntas esenciales sobre los productos y la infraestructura que a menudo damos por sentado. Enfatiza la importancia de la transparencia, la rendición de cuentas y la necesidad de una toma de decisiones informada, tanto a nivel del consumidor como en las políticas públicas, asegurando que siempre se consideren las implicaciones globales de las decisiones locales.

Compartir
Artículo anterior
Artículo siguiente